Los que sean asiduos a leer este humilde blog, saben que adoro el sol, que me encantan los días soleados, que me inyectan un buen rollo tremendo...pero no es menos cierto que, cuando he levantado la persiana esta mañana (mañana avanzada, pues ando de días libres), la estampa no ha podido ser más placentera.
Mis montañas se han puesto de gala y se han enfundado el abrigo blanco que ya estaba tardando en llegar. Siempre majestuosas y respetuosas, hoy brillaban con luz propia, dejando a un lado las preferencias de las del sol (me) y paseando las bajas temperaturas con un paisaje entrañable.
Frío, para qué negarlo, bastante frío, pero merece la pena dejarse acariciar por ese "cuchillo" invernal que tersa la piel de la cara con elegancia. Simplemente hay que abrigarse un poquito más, pero no puedes por menos que dar un paseo admirando ese manto que, para las que vivimos a una altitud determinada, nos recuerda que elegimos este lugar por muchas cosas, pero ésta es una de ellas.
Al menos hoy, pasear, correr o demás actividades al aire libre, han supuesto un acto de valentía pues días como hoy, lo que te provoca es quedarte en casa, con la mantita en ristre y el calor del hogar...pero es inevitable salir y ver como se posan tímidos, los primeros copos de nieve de la temporada en tu abrigo negro, cómo notas el frío que se cuela en tus pulmones intentando acompasar la respiración al trote fatigoso tras una pequeña (pero intensa) convalecencia, cómo algunas disfrutan de lo lindo de la nueva época como si las bajas temperaturas no fueran con ella...sé que si esto sigue así mucho tiepo, la crónica empezará a ser bien distinta (reconozco que soy muy poco paciente con el frío), pero hoy, primer día de invierno real, me ha gustado mucho vivir este día hasta ahora.
Asi pues "let it snow) que, al fin y al cabo, es lo que toca.
Besos y...nieve.