Lo llaman el "síndrome del miembro fantasma". Ocurre en amputaciones donde el paciente sigue percibiendo que ese miembro amputado forma parte aún de su cuerpo. Sigue latente sin que ya exista. Al principio se creía que esto sucedía por la cascada de impulsos que aún seguía mandando el cerebro a la zona afectada. Hoy en día se sabe que no es así, que son los resquicios de vida que languidecen a medida que pasa el tiempo.
La realidad es que esas personas continuaban creyendo tener ese miembro. Las sensaciones eran las mismas que antes de la operación y así describían dolor, picor, inflamación, tensión e, incluso, fuerza en una zona privada de carne. Curioso cuanto menos.
Pero, a raíz de leer acerca de este tema, que me impresiona sobremanera, cierta duda me surge campanilleando mi cabeza. Y me surge porque el paralelismo para mi es inevitable; inevitable dadas las circunstancias que vivimos de vez en cuando sin coemrlo ni beberlo.
El "síndrome del miembro fantasma" se encuentra recogido ampliamente en la literatura científica y descrito como tal en los casos que he mencionado al principio. Pero, ¿qué ocurre cuando lo que se te amputa es un trocito de tu alma?, ¿estamos bajo los mismos parámetros que en los casos estudiados?, ¿puedes sentir, de la misma manera, que ese pedacito del alma que se fue sin comerlo ni beberlo lo sigues sintiendo como si realmente aún estuviese en ti?, ¿o, en este caso, se llama nostalgia, añoranza, síndrome de la nostalgia, síndrome de la añoranza?, ¿qué explicación hay para ese tipo de amputación?, y, sobre todo, ¿cómo se logra reestablecer con éxito esa falta?.
Buenos días y feliz semana.