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10 junio 2013 1 10 /06 /junio /2013 07:49

Llegaba tarde, algo impropio en ella. Por esas pequeñas manías que se tienen, hacía poco que había decidido poner una melodía para el despertador de tintes dulces. Sobresaltarse desde por la mañana con algún tipo de sonido estresante no le venía bien ni a ella ni a su corazón.

Y en esas notas cálidas y envolventes se había quedado dormida el tiempo suficiente como para tener que comenzar el día corriendo.

Una ducha a medias, un café a medias, vestirse sin orden ni concierto, una última mirada a todo lo demás y el desasosiego de saber que algo se le escapaba de las manos.

No abusó del colorete para esconder la blancura de su piel. Tampoco del corrector de ojeras que poco podría hacer con aquellas sombras horribles que desentrañaban las noches sin dormir. El pelo, indomable, quedó aprisionado con el primer cintillo que encontró en la cesta donde guardaba los enseres de belleza. Dió un leve toque a la punta de las pestañas mientras acomodaba el pañuelo a su cuello y se calzaba los tacones para ver la vida desde otra perspectiva, a tan solo 10 centímetros del suelo.

Vaporizó colonia con toques secos y airados, apuró el café llevando su último sorbo a despedirse por el fregadero. Untó sus labios de vaselina secos del sudor de sus terrores nocturnos, echó una última (y primera, todo hay que decirlo) mirada al espejo y se encaminó con toda la velocidad posible a salir de casa.

Apresurada, cogió al vuelo el autobús en un alarde de solidaridad del conductor que ya había cerrado las puertas pero que ante la mirada desesperada de ella, le abrió en el último momento.

Se sentó en la parte trasera compartiendo espacio con estudiantes enganchados a sus teléfonos móviles, con alguna que otra cabezadilla contra el cristal de la ventana y conversaciones entrecortadas por el silencio de las primeras horas del día.

Miró el reloj constatando que el retraso era una realidad. Al frente, un accidente en la carretera permitió pausar la trayectoria del autobús alimentando sus nervios porque el retraso iba a ser mayor.

Suspiró sabiendo que poco podía hacer en ese momento para solucionar su contratiempo y clavó la mirada en su maleta llena de ilusiones y sueños por realizar.

Bajó del autobús como alma que lleva el diablo y puso a prueba su capacidad atlética a lomos de aquel par de zapatos. Los pasillos se hacían interminables, la respiración cada vez se tornaba más fatigosa y los primeros dolores por el esfuerzo le indicaban que pronto llegaría la fatiga.

Sudorosa, hiperventilando y sonrosada, llegó hasta el vagón que le correspondía donde le esperaba un revisor impaciente que le hizo saber que la estaban esperando desde hacía unos minutos.

Sonrío como pudo al impasible trabajador y comenzó a rebuscar en su bolso el billete que pondría fin a una mañana terrorífica.

La insolencia del revisor y su infructuosa búsqueda le alteró todavía más si cabía. Estaba segura de haber metido el billete en su bolso la noche antes. Pero no aparecía y mientras desgranaba sus últimos movimientos del día anterior y hablaba en voz alta acerca de ellos, el revisor recibía órdenes de cerrar las puertas y salir pitando fuera de hora.

El billete no aparecía. Deshizo la maleta y volcó el contenido del bolso en el andén de la estación. No aparecía.

Con lágrimas en los ojos mezcla de rabia y desesperación, miró hacia todas sus pertenencias esparcidas en el frío suelo y se sintió derrotada.

El revisor pidió disculpas, el tren comenzó a moverse alejándose y allí se quedó ella, con la maleta llena de sueños e ilusiones, con el pañuelo empapado y anudado a su cuello y con las últimas moléculas de colonia que se resistían a abandonar su ropa en pos del sudor de la carrera.

Ese tren, ya no lo iba a coger.

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Comentarios

K
Espero que ese retraso, al menos, no te haya hecho perder un tren importante.<br /> Besos de primavera para mi Flori linda
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F
¡Menudo trago!<br /> <br /> Esta mañana, también me levanté tarde... De pronto sentí como que era tarde que ya debería haber sonado el despertador, apreté el botoncito y¡zas! pero si no ha sonado...!!! lo miro y no estaba<br /> puesto jaja... No es la primera vez que me pasa. Que lo pongo por la noche y luego dormida medio sonámbula, lo quito jaja... Luego lo pago con prisas.<br /> <br /> Besos, amiga...
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