El blog de kora-opina

Confundida, se quedó mirando el auricular del teléfono como pidiéndole explicaciones. Inconscientemente, le hace responsable a ese pedazo de plástico de la información que acaba de recibir a través de sus polímeros constitutivos, aunque sabe que no es así, pero siempre se tiende a buscar un culpable, aunque sea inanimado.

"¿Estás ahí aún?". Si, claro que estaba, siempre estaba aunque, de vez en cuando, le hubiese gustado ser invisible.

Pone a prueba su mente instándola a trabajar con un sobreesfuerzo que no se va a ver recompensado de ninguna manera, pero fuerza la máquina neuronal en busca de esa respuesta que, su otro lado del hilo telefónico, reclama.

Titubea, se arranca la pequeña piel desprendida a golpe de tirones de su labio inferior, mira al horizonte y encuentra una consecución de palabras encadenadas que, al menos, de momento, satisface a su interlocutor, ansioso y desesperado.

Algo se le ocurriría porque a ella siempre se le aparecen las soluciones como por arte de magia, aún en las situaciones más escabrosas.

La empresa de hoy no era sencilla y, mermada por el ritmo de la vida en general, se le aparecía como la cima del Himalaya. Le iba a costar pero se tenía que poner manos a la obra de inmediato porque, de otra manera, el desastre sería un hecho.

Mientras se recompone de la historia en la que se veía inmersa por esos caprichos del destino que no dejan títere con cabeza, sopesa las posibilidades de resolución. Tenía claro que por el camino de la vida, se va perdiendo gente por unas razones u otras, muchas veces en contra de su propia voluntad y sin merecer ese mal trago que supone ser eliminada del mapa de los que, hasta ese momento, consideraba su entorno más inmediato. Pero también concretaba que era clara la ganancia de otras personas que aparecen cuando más las necesitas. La cuestión era equilibrar esa balanza y asumir que, en determinadas ocasiones, va a estar descompensada pero no lo suficiente como para decantarse por un extremo u otro. Lo importante era estar tranquila en ese ir y venir del personal y mantener la cabeza fría en las situaciones como las que se le habían aparecido aquella mañana soleada de diciembre donde, el mayor aliciente, era no madrugar.

La inquietud por que ciertos temas no se saldaran de manera inmediata, solía bloquearle un poco la conducta subsiguiente. Para paliar en parte esa intranquilidad, normalmente solía darse al ejercicio físico. Cansada pensaba de forma diferente, más calmada y lograba no precipitarse en aquello que le preocupaba.

76 largos en su piscina después y sabedora de que sus movimientos podrían ser determinantes, el paso que tenía que dar se le apareció clarisimamente mientras tomaba una ducha de relajación del esfuerzo al que había sometido a los músculos de su espalda, preferentemente...

"Por mucho que te empeñes en alejarte, por mucho que me pongas trabas a las decisiones que tomo en mi vida, por mucho que te opongas a las cosas que considero convenientes para mi, por mucho que intentes cambiar el curso de mi vida en mi favor aún sintiéndome contraria a esos intentos, por mucho que te pongas a morir por Dios, por mucho que te escandalice mi manera de entender la vida, por mucho que no comprendas mi forma de vivir...si estoy convencida, lo que sea, lo voy a llevar a cabo...aunque, ten claro que yo te voy a querer igual y, sobre todo, te voy a querer todos los días". Cogió la toalla y eliminó el exceso de humedad con pasadas enérgicas, con rabia pero con determinación. Metió el pensamiento en una caja, le puso un lazo y, mentalmente, lo mandó para que sus destinatarios, a kilómetros de distancia, lo recibieran.

No llamó de nuevo a su interlocutor para contarle lo que le había inspirado su sesión de natación, pero si sintió que él sabía que la resolución del problema podría estar más cercana que horas antes...de vez en cuando es conveniente utilizar las palabras, pero sobre todo, el cariño.

Una vez más, consiguió darle oxígeno a esa parcela de su vida lastimada por causas ajenas a su voluntad pero tan vital como que, ese globo, supuso el sol de ese día...(gracias, tú si que sabes).