El blog de kora-opina

Creo que hay muchos indignados y no solo los que acampan por las plazas más importantes de la geografía española y con motivos nada desdeñables. Sin ir más lejos, mi querido compañero de trabajo se ve forzado a pagar cientos de euros porque a un procurador se le ha olvidado mandar un papel a su abogado y tiene que pagar esa infracción (¿?) le guste o no. Ante el asombro de mi paciente amigo(asevero que es paciente, calmado y tranquilo), el procurador sólo se digna a comentar que ha tenido mala suerte...¿mala suerte?, pero, ¿cómo que mala suerte?. Mala suerte sería si la carta no llega por una huelga de los de Correos (opción bastante creíble), pero la desidia no se contempla como causa de mala suerte puesto que es voluntaria y, de paso, falta de voluntariedad, lo cual me ha llevado a comentarle que, efectivamente, la desidia se encuentra enganchada a la vida de todos y cada uno de nosotros; tengo ejemplos concretos. Por desidia (y error informático que he intentado solventar en más de una ocasión), tengo routers en mi casa para regalar, no tengo dos ordenadores en mi poder porque llevan en reparación unos 8 meses, tuve comida que no me correspondía en mi casa porque nunca vinieron a recogerla (me dejaron la compra de otra persona por error) y una larga lista de "desidias" que aún no me dejan de sorprender...¿es normal que nos parezca una novedad cuando alguien hace las cosas bien, es decir, su trabajo?; pues ni con mi lista larga de ejemplos alarmantes he logrado calmar al bueno de mi compañero...yo me indignaría ante el procurador y, de paso, le demostraría mi desidia a la hora de pagarle sus honorarios profesionales...indignada me hallo.

He de comentar que esta frase que abre este pequeño comentario, me encantaría citarla en más de una ocasión y, sobre todo, llevarla a cabo; porque citarla, la cito mentalmente de lunes a viernes, pero mientras lo hago, me incorporo corriendo para que la desgana y el sueño no puedan conmigo, nos empleamos a fondo en una encarnizada batalla todas las santas mañanas, o madrugadas, porque a las 6:10 h no se le puede todavía mencionar como "mañana".

Y si, hoy bien podría haberla gritado a los cuatro vientos tras un intenso fin de semana, pero se ha quedado simplemente en eso, en una nota mental y aqui ando, en mi puesto de trabajo, quitándole las legañas al ordenador, viendo lo que tengo que hacer hoy para administrar mi tiempo con eficacia y deseando que llegue la hora de máxima actividad para aprovechar esta tarde que, a buen seguro, me tiene alguna sorpresa reservada...si yo no me digo estas cosas, ¿lo hará alguien por mi?...quizás si o no, asi que ante la duda, Juan Palomo.

Feliz lunes.

Me siento un poco perdida en el overblog este...pero me comprometo a salir de las tinieblas del desconocimiento para "amenizar" los días a través de esta herramienta y, sobre todo, calmar las ansias de escribir y comunicar de los deditos que ahora mismo, teclean sin parar.

Un saludo.